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.A bordo del barcosólo han muerto unos pocos, aquellos cuya belleza y juventud eran demasiado excepcionales.Más sonlos esclavos que mueren cada día en Nueva Orleans, y en cambio no actúa usted contra la esclavitud.El mundo está lleno de malvados, Abner.No le pido que esté de acuerdo conmigo ni que participe enmis acciones.Limítese a llevar el barco y cuídese de sus asuntos.Necesitamos su experiencia.Billyahuyenta los pasajeros, y en cada viaje perdemos dinero.Ni siquiera los fondos de Joshua soninagotables.Vamos, Marsh, déme la mano.Acceda.Lo desea usted, se le nota en los ojos.Desea ustedrecuperar este barco, pues para usted es un sueño, una sed.Bien, tómelo entonces.El bien y el mal soncosas sin sentido, ideadas para trastornar a los hombres débiles y sensibles.Yo le conozco, Abner ypuedo darle lo que desea.Únase a mí, sírvame.Déme la mano, y juntos venceremos al Eclipse.Sus ojos oscuros giraron y ardieron, inmundos pero seductores, como simas insondables, llegandoa lo más hondo de Marsh, conmoviéndole, llegando a sus pensamientos íntimos, atrayéndole,atrayéndole.Tenía la mano extendida.Abner Marsh empezó a adelantar la suya.Julian sonreía de talforma, y sus palabras tenían tanta lógica.No le estaba pidiendo hacer nada terrible, sólo conducir elbarco, ayudar a protegerle y cuidar de sus amigos.¡Qué diablos! Ya ha protegido a Joshua, y Joshua esun vampiro, ¿no? Y quizás haya algunas muertes en el barco, pero ya en el 54 un hombre había sidoestrangulado a bordo del Dulce Fevre, y dos jugadores profesionales habían sido muertos a tiros en elNick Perrot, bajo su mando.Naturalmente, ninguna de aquellas muertes podían achacárseles a usted,pues estaba atendiendo a sus asuntos, dirigiendo sus vapores, etcétera.Y no podía haber matadopersonalmente a nadie.Un hombre tenía que proteger a sus amigos, pero no al mundo entero, y225 también debía conseguir que Sour Billy obtuviera su merecido.Todo aquello sonaba bien,condenadamente bien.Los ojos de Julian eran negros y hambrientos, y su piel estaba helada, como lade Joshua, como la de Joshua aquella noche en el embarcadero.Y Abner Marsh retiró la mano. ¡Joshua! dijo en voz alta.Eso es, claro.No ha conseguido derrotar a Joshua todavía,¿verdad? Le ha castigado usted, pero todavía sigue con vida y no ha conseguido hacerle beber sangre nicambiar de idea.Claro, esta es la razón  Marsh notó que su circulación se normalizaba.A usted nole importa el dinero que se pueda ganar con el barco.Si mañana se hundiera, seguiría usted tanindiferente como está ahora.Simplemente, se cambiaría de lugar.Y respecto a Sour Billy, quizás quierausted librarse de él y hacer que yo ocupe su lugar, pero no será así.No, se trata de Joshua.Si yo aceptosu propuesta, cederá en él la fuerza de voluntad que le queda y le tendrá que dar la razón a usted.Joshua confiaba en mí y usted quiere mi colaboración sólo porque sabe el daño que eso le haría a él.Julian tenía todavía la mano extendida, con varios anillos brillando débilmente en sus largos yblancos dedos. ¡Maldito sea!  rugió Marsh al tiempo que asía el bastón de nogal y lo blandía, dándosegolpecitos con él en el costado de la pierna.¡Maldito sea, Julian!La sonrisa de los labios de Damon Julian se difuminó y su rostro se hizo inhumano.No había ensus ojos más que oscuridad y años, y unas débiles llamitas que ardían con ancestral perversidad.Selevantó, dominando con su estatura a Abner Marsh, y asió de un golpe el bastón que éste blandía antesu rostro.Lo rompió con las manos con la misma facilidad que si se tratara de una cerilla, y lo apartó aun lado.Los pedazos fueron a dar contra el tabique y cayeron sobre la alfombra. Abner, pudo usted pasar a la historia del río como el hombre que superó al Eclipse le dijoJulian con una malvada frialdad.En cambio, acaba de sentenciarse a muerte.Y va a tardar mucho enmorir, capitán Marsh.Me resulta demasiado feo y desagradable.Temo que servirá para enseñarle a Billycuál es el sabor de la sangre.Quizás el queridito Joshua tenga que tomar también una ración.Creo quele irá muy bien añadió con una sonrisa.En cuanto a su barco, capitán Marsh, no tiene quepreocuparse.Me cuidaré mucho de él cuando usted ya no esté.Nadie en este río olvidará nunca elSueño del Fevre.226 CAPITULO VEINTISIETEA bordo del vapor OZYMANDIAS, río Mississippi, octubre de 1857Amanecía ya cuando Abner Marsh fue conducido fuera del camarote de Julian.La niebla matutinacubría pesadamente el río, en jirones que se estiraban y retorcían sobre las aguas y se enredaban en laspasarelas y columnatas del barco, serpenteando como seres vivos prontos a arder y perecer bajo la luzdel sol matutino.Damon Julian vio el resplandor rojizo por el este y permaneció en la oscuridad delcamarote.Empujó a Marsh al otro lado de la puerta. Lleva al capitán a su camarote, Billy le dijo a éste.Y manténlo vigilado hasta el amanecer.¿Será tan amable de acompañarnos a cenar esta noche, capitán?  prosiguió con una sonrisa.Sé quelo será.Billy estaba aguardando justo a la puerta del camarote.Sour Billy, con un traje negro y un chaleco acuadros, estaba sentado en una silla recostada hacia atrás contra la pared de la cubierta principal,limpiándose las uñas con el cuchillo.En cuanto la puerta se abrió, se puso en pie y guardó con destrezael arma en la mano. Sí, señor Julian contestó con sus ojos del color del hielo fijos en Marsh.Acompañaban a Sour Billy otros dos tipos.Los seres de la noche que habían ayudado a Billy allevarse a Marsh del Eli Reynolds se habían retirado ya a sus camarotes para escapar al toque de lamañana, y Sour Billy había mandado llamar algunos de sus rebanacuellos, según parecía.Cuando Julianhubo cerrado la puerta, los tipos se adelantaron [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]
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