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.inapropiado. Oh, estoy seguro que es apropiado. Y el Gremio no puede objetar a eso, �o s�? Usted lo ha venidohaciendo por a�os, despu�s de todo. Mire, yo soy sólo yo  dijo William.Si el Gremio objeta, tendr�n quearreglarlo con el Patricio. Bueno.est� bien.si cree que es un trabajo aceptable para unajoven dama. Baje al taller de la imprenta ma�ana, entonces  dijo William.Creoque deber�amos estar en condiciones de producir otro papel de noticias enpocos d�as.Era un salón de baile, a�n lujoso en rojo y oro, pero mustio en lasemioscuridad y fantasmal con sus ara�as envueltas.La luz de la vela delcentro se reflejaba apagadamente en los espejos de los muros alrededor;alguna vez, probablemente, hab�an aumentado el brillo del lugarconsiderablemente, pero a trav�s de los a�os alguna clase de empa�adocurioso los hab�a llenado de manchas, de modo que el reflejo de las velasparec�a un tenue brillo subacu�tico a trav�s de un bosque de algas.El se�or Alfiler estaba a medio camino cuando se dio cuenta de que las�nicas pisadas que pod�a o�r eran las propias.El se�or Tulip�n hab�a viradohacia la penumbra y estaba quitando la envoltura de algo que hab�a sidoempujado contra el muro. Bueno.Ya voy. comenzó el hombre.�Esto es un.ing tesoro! �Lo aseguro! Un genuino.ing Intaglio Ernesto, tambi�n.�Ve ese trabajo enmadreperla all�? No es el momento, se�or Tulip�n. �l sólo hizo seis de estos.Oh, no, �ni siquiera lo han mantenido.ingafinado! �Maldita sea! Se supone que somos profesionales. �Tal vez a su.colega le gustar�a uno de esos como presente?  dijouna voz desde el centro de la habitación.Hab�a media docena de sillas alrededor del c�rculo de luz de la vela.Eran del tipo anticuado, y los respaldos se curvaban hacia arriba y afuerapara formar un profundo arco de cuero que, presumiblemente, hab�a sidodise�ado para proteger de las corrientes de aire pero ahora le daban a susocupantes profundos pozos de sombra.El se�or Alfiler hab�a estado aqu� antes.Hab�a admirado la decoración.Nadie dentro del anillo de velas pod�a ver qui�n estaba en la profundidad delas sillas, mientras que al mismo tiempo eran completamente visibles paraellos mismos.Se le ocurr�a ahora que la disposición tambi�n significaba que laspersonas en las sillas tampoco pod�an ver qui�n estaba en las otras sillas.El se�or Alfiler era una rata.Estaba bastante feliz por la descripción.Lasratas ten�an mucho que recomendarles.Y esta disposición hab�a sido so�adapor alguien que pensaba como �l.Una de las sillas dijo: Su amigo Narciso. Tulip�n  dijo el se�or Alfiler. �Su amigo Tulip�n tal vez desea que parte de su pago sea elclavicordio?  dijo la silla. No es un.ing clavicordio, es una.ing espineta  gru�ó el se�orTulip�n.�Una.ing cuerda para cada nota en lugar de dos! �As� llamadoporque era un instrumento para.ing damas jóvenes! Santo cielo, �lo era?  dijo una de las sillas.�Pens� que era unaespecie de piano primitivo! Intentaba ser tocado por damas jóvenes  dijo tranquilamente else�or Alfiler.Y el se�or Tulip�n no colecciona arte, simplemente.loaprecia.Nuestro pago ser� en gemas, como acordamos. Como desee.Por favor, camine hacia el centro del c�rculo..ing clavicordio  murmuró el se�or Tulip�n.La Nueva Firma entró bajo la escondida mirada de las sillas a medidaque tomaban sus posiciones. Lo que las sillas ve�an era esto:El se�or Alfiler era peque�o y delgado, como su homónimo, ligeramentem�s grande de cabeza que lo que deber�a ser por caso.Si hubiera unapalabra para �l adem�s de  rata ser�a  atildado ; beb�a un poco, controlabalo que com�a y consideraba que su cuerpo, a�n un poco malformado, era untemplo.Tambi�n utilizaba demasiado aceite en su cabello y lo peinaba almedio de modo que estaba veinte a�os fuera de moda, y su traje negro eradel tipo grasoso, y sus ojos peque�os estaban movi�ndose constantemente,observando todo.Era dif�cil ver los ojos del se�or Tulip�n, por cierto abotargamiento10probablemente causado por demasiado entusiasmo en cosas en bolsa.Lasbolsas posiblemente tambi�n hab�an causado las manchas en general y lasgruesas venas que sobresal�an en su frente, pero el se�or Tulip�n no era dening�n modo la clase de hombre pesado que est� a punto de reventar laropa y, a pesar de sus inclinaciones art�sticas, proyectaba la imagen de unluchador que hab�a fallado la prueba de inteligencia.Si su cuerpo era untemplo, era uno de esos extra�os donde las personas les hac�an cosas rarasa los animales en el sótano, y si miraba lo que com�a era sólo por ver que nose meneara.Varias de las sillas se preguntaban, no si ellos estaban haciendo locorrecto, ya que eso era indiscutible, sino si lo estaban haciendo con laspersonas correctas.El se�or Tulip�n, despu�s de todo, no era un hombre alque se lo quisiera ver parado demasiado cerca de una llama desnuda. �Cu�ndo estar�n listos?  dijo una silla.�Cómo esta su.proteg�hoy? Pensamos que el martes por la ma�ana ser�a un buen momento  dijoel se�or Alfiler.Para entonces �l estar� tan bien como pueda estarlo. Y no habr� ninguna muerte es esto  dijo una silla.Esto esimportante. El se�or Tulip�n ser� gentil como un cordero  dijo el se�or Alfiler.Las miradas invisibles evitaban la visión del se�or Tulip�n, quien hab�aelegido este momento para rellenarse la nariz con una gran cantidad deslab. Er, s�  dijo una silla.Su se�or�a no ser� da�ado m�s que loestrictamente necesario.Vetinari muerto ser�a m�s peligroso que Vetinarivivo.10Su Cerebro con Drogas es una visión terrible, pero el se�or Tulip�n era una prueba viviente del hecho deque tambi�n lo era Su Cerebro con cóctel de linimento para caballos, picapica y p�ldoras diur�ticas molidas [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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