[ Pobierz całość w formacie PDF ]
.Así pues, esto fue lo que sucedió a la necia joven por sus burlas, por creer que podía divertirse con un escolar comohabría podido con otros, no sabiendo que éstos (no digo todos pero sí la mayor parte) saben dónde tiene la cola el diablo.Y,por ello, señoras, guardaos de las burlas, y especialmente a los escolares.NOVELA OCTAVADe dos amigos que siempre están juntos uno se acuesta con la mujer del otro, este otro, apercibiéndose, de acuerdo con sumujer lo encierra en un arcón sobre el cual, estando aquél dentro, con la mujer de él se acuesta.Graves y dolorosos habían sido los casos de Elena a los oídos de las señoras, pero porque en parte estimaban que le habíanocurrido justamente, con más moderada compasión los habían sobrellevado, aunque inflexible y fieramente constante, asícomo cruel, reputasen al escolar.Pero habiendo Pampínea llegado al fin, la reina ordenó a Fiameta que continuase; la cual,deseosa de obedecer, dijo: Amables señoras, como me parece que os ha causado alguna amargura la severidad del ofendido escolar, estimo que seaconveniente ablandar con alguna cosa más deleitable los exasperados espíritus; y por ello entiendo contaros una historietasobre un joven que con ánimo más manso recibió una injuria, y la vengó con una acción más moderada; por la cual podréiscomprender que cada uno debe contentarse, como el asno, con recibir cuanto ha dado contra la pared, sin desear (sobrepasandolas conveniencias de la venganza) injuriar cuando lo que pretende es vengar la recibida injuria.Debéis, pues, saber, que en Siena, como he oído decir, hubo dos jóvenes asaz acomodados y de buenas familias plebeyas,de los cuales uno se llamaba Spinelloccio de Távena y el otro Zeppa de Mino, y los dos eran vecinos en Cainollia.Estos dos Comment: El barrio es el de la PuertaCainollia en Siena.Estos dos personajesjóvenes siempre estaban juntos y, a lo que parecía se amaban como si fuesen hermanos o más; y cada uno tenía por mujer apertenecían a familias sienesas muyuna muy hermosa.Ahora bien, sucedió que yendo Spinelloccio muy frecuentemente a casa de Zeppa, estando allí Zeppa o sinconocidas que, según Branca, no podíanestar, de tal manera intimó con la mujer de Zeppa que comenzó a acostarse con ella; y así continuaron durante bastante tiempollamarse plebeyas.Probablement esin que nadie se apercibiese.Pero al cabo, estando un día Zeppa en casa y no sabiéndolo su mujer, Spinelloccio vino aBoccaccio califica a uno y otro de popolani a causa de la historia burlescabuscarlo.La mujer dijo que no estaba en casa; con lo que Spinelloccio, subiendo prestamente y encontrando a la mujer en laque va a contar de ellos y de la falta desala, y viendo que nadie más había, abrazándola, comenzó a besarla, y ella a él.Zeppa, que esto vio, no dijo palabra sino quenobleza de las reacciones de ambos.se quedó escondido para ver a dónde llegaba aquel juego; y en breve vio a su mujer y a Spinelloccio irse así abrazados a laalcoba y encerrarse en ella; de lo que mucho se enfureció.Pero sabiendo que ni por hacer un alboroto ni por otra cosa seaminoraría su ofensa, sino que crecería el deshonor, se puso a pensar qué venganza podría tomar que, sin divulgarse,tranquilizase a su ánimo.Y después de mucho pensar, pareciéndole haber encontrado el modo, estuvo tanto tiempo escondidocuanto Spinelloccio estuvo con su mujer; y en cuanto se hubo ido entró él en su alcoba, donde encontró a su mujer que todavíano había terminado de colocarse en la cabeza la toca, que jugueteando Spinelloccio le había desordenado; y dijo:-Mujer, ¿qué haces?A lo que la mujer respondió:-¿No lo ves?Dijo Zeppa:-Bien lo veo, ¡y también he visto otra cosa que no querría!Y con ella empezó a hablar de las cosas ocurridas; y ella, con grandísimo temor, después de mucho darle vueltas,habiéndole confesado lo que claramente negar no podía de su intimidad con Spinefloccio, llorando comenzó a pedirle perdón [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]
  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • centka.pev.pl
  •